Se Deslinda Viuda de Propietario de Grupo Español Maioris De Presunto Fraude Inmobiliario En Cancún


  • Avanza juicio en España de posible desvió por más de 1.6 millones de euros
  • Están involucradas cuatro empresas

Cancún, 15 de mayo de 2024.- Esto es lo que revela el juicio que se sigue contra el que fuera Presidente de Grupo Maioris, en la Audiencia Provincial de Baleares.

Carmen Samper, la viuda del empresario Javier Cabotá, fallecido en diciembre de 2023 y un colaborador, Juan Ignacio Canals negaron su participación en un presunto desvío de 1.6 millones de euros de empresas mallorquinas hacia proyectos en Cancún, México.

El empresario, fallecido el pasado diciembre, también figuraba como acusado en la investigación que se originó en 2013 con una querella de las sociedades afectadas.

La Fiscalía pedía para él seis años de cárcel por delito societario y apropiación indebida, en relación con unos hechos ocurridos entre 2006 y 2012.

Se destaca que las empresas afectadas eran meramente tenedoras de capital y que tanto la viuda Carmen Samper, como el colaborador aseguraron seguir instrucciones sin tener funciones de gestión empresarial.

Los testimonios apuntan a que las decisiones las tomaba exclusivamente el empresario fallecido, según ex empleados y colaboradores.

En la querella se establece que un grupo de empresas de Llucmajor, se quejan de un presunto desvío de 1.6 millones de euros.

El papel de estas empresas era únicamente la tenencia de la totalidad o parte del capital social –actuar como ‘caja’– de las filiales espejo en México.

En ese contexto, la Fiscalía acusaba a Cabotá de haber creado una operativa para traspasar fondos de esas empresas a otras del Grupo, en movimientos sin ninguna justificación o mediante dobles facturaciones.

En el banquillo se encuentra su viuda, apoderada de varias de las entidades, y una persona de confianza de Cabotá que figuraba como administrador único. Para la primera la Fiscalía pide cinco años de prisión y para el segundo, cinco años y medio.

Con todo, en su declaración en el juicio ambos se han desentendido de las operaciones supuestamente fraudulentas, asegurando que se limitaban a cumplir con las instrucciones de Cabotá. Han insistido en todo momento en que firmaban lo que aquel les indicaba y que ellos no ejercían funciones de gestión empresarial.

“Yo sólo me dedicaba al tema comercial, a la venta de los pisos, nada más”, ha insistido la esposa del empresario fallecido, asegurando que todo lo que firmó fue por instrucción de su marido: “Era mi jefe”. En esta línea, la mujer ha expresado que cree que éste le pedía que firmara talones “por una cuestión práctica”. La mujer ha asegurado que desconocía la estructura societaria del grupo.

“Yo confié plenamente en él, nunca tuve ningún problema durante los 20 años que estuve con mi marido”, ha incidido, desvinculándose de la supuesta trama de desvío de fondos. En este sentido, acerca de los negocios inmobiliarios en el Caribe, “es algo que él llevaba con otra gente” y que dentro del matrimonio apenas comentaban.

Por su parte, el hombre señalado como mano derecha de Cabotá, de 85 años, sólo ha contestado a las preguntas de su abogado. El hombre ha reconocido que fue nombrado administrador de las sociedades porque se lo pidió Cabotá. Sin embargo, fue cuando ya estaba jubilado y creía que era un título meramente “representativo”; según ha sostenido, no cobró por ejercer ese cargo: “Ni podía ni me interesaba”.

De este modo, el coacusado ha asegurado que se limitaba a “esperar a que Cabotá le llamara para firmar”: “Yo le preguntaba si estaba correcto y él me decía ‘sí, puedes firmar'”.

Varios exempleados de los proyectos afectados han corroborado que la viuda de Cabotá se dedicaba a publicitar y comercializar promociones en Mallorca, como ha declarado ella; en cuanto al otro acusado, varios han indicado que lo veían con cierta regularidad en las oficinas.

En cualquier caso, todos han coincidido en que las decisiones las tomaba el empresario fallecido. “Cabotá era el que daba todas las órdenes de todos los movimientos que había que realizar”, ha declarado un exdirector financiero.

Cabotá, es identificado como el hombre que transformó el Passeig Marítim de Palma, falleció el 9 de diciembre de 2023 y además de empresario fue vicepresidente del Real Mallorca, equipo de futbol y presidente del Palma Voleybol.

En los últimos años, antes de morir, Cabotá, se ha visto hundido como empresario por diversos concursos de acreedores y suspensiones de pagos y tuvo que hacer frente a investigaciones relativas a varias querellas criminales presentadas por sus propios socios.

¿Cómo llega Grupo Maioris a Cancún?

De la mano del grupo empresarial Globalia, Javier Cabotá llega a Cancún en 2005.

Forman Maioris Internacional e Inician negociaciones para adquirir unos terrenos en la zona de Puerto Cancún, 15 días antes de que el huracán Wilma azotará las costas del caribe mexicano.

Exactamente un mes después cierran las negociaciones con el m gobierno de México para desarrollar el proyecto inmobilario en cuatro etapas con una inversión a largo plazo por 300 millones de dólares.

Grupo Globalia, cuenta con marcas como las aerolíneas Air Europa, en pleno proceso de compra por parte de IAG, o Air Europa Express; la compañía de ‘handling’ Grounforce o la hotelera Be Live Hotels. Globalia cuenta con 13.200 empleados y está presente en más de 30 países.

En el verano de 2011 reanudaron la construcción de la Maioris Three Towers, segunda etapa de su proyecto residencial de lujo dentro del complejo Puerto Cancún, el desarrollo turístico con mayor proyección en Latinoamérica a la par de Miami, según palabras del propio Javier Cabotá Sáinz, presidente del consorcio.

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