Opacidad en la transacción por los Gallos Blancos

  • Adquirir a crédito un equipo es un movimiento usual en el futbol mexicano. Sin embargo, la transacción de los Gallos Blancos tiene el potencial de convertirse en un dolor de cabeza para la Liga MX si los nuevos dueños no logran soportar los gastos de operación de la franquicia, luego de que el empresario Emilio Escalante dejó el proyecto. En entrevista, Gabriel Solares, copropietario, habla de cómo harán frente a los retos económicos que les impone manejar un club de primera división en plena pandemia, sin que sus socios descuiden el otro proyecto que mantienen: el Atlante.

Redacción/PDC

CIUDAD DE MÉXICO.– Gallos Blancos de Querétaro comenzará el Torneo Guardianes 2020 con nuevos dueños, pero sin la participación económica del empresario Emilio Escalante, quien, sin embargo, junto con Gabriel Solares y Manuel Velarde, sí forma parte de la sociedad de accionistas que le está comprando la franquicia a la familia Hank

“Lo único que puedo comentarle es que yo ya no estoy en el proyecto del Querétaro”, confirmó Emilio Escalante a Proceso.

En entrevista con el semanario, el empresario Gabriel Solares precisa que aunque él y Velarde ya están operando a Gallos Blancos, el equipo aún es propiedad de la empresa Solaz Deportes y Entretenimientos, S de RL de CV, de Jorgealberto Hank Izunza y de su padre, Jorge Hank Rhon, y así será hasta que terminen de pagarlo.

“Solaz es dueña del equipo y lo que se compró fue la sociedad no el certificado (de afiliación a la Federación Mexicana de Futbol). Se hizo una compraventa a plazos que se irá pagando con el tiempo. Se han pagado las parcialidades correspondientes y la propiedad de la sociedad cambiará el día que se termine de pagar, lo cual no es en el corto plazo. Todo quedó definido en el contrato”, explica Escalante.

Las aclaraciones son pertinentes puesto que el pasado 10 de junio, después de la asamblea extraordinaria de la Liga MX, su presidente, Enrique Bonilla, anunció que fue aprobada la sustitución del certificado de afiliación del club Querétaro. De igual manera, el equipo despachó un comunicado en el que dio a conocer que el titular de ese certificado es un grupo de inversionistas integrado por Emilio Escalante, Jorge Santillana, Gabriel Solares, Alfonso y Javier Solloa, Greg Taylor y Manuel Velarde, estos dos últimos, agentes de jugadores.

“Es importante señalar que este grupo también posee una participación accionaria dentro del club Atlante, en el cual también participan otros inversionistas; sin embargo, ambos clubes son independientes uno del otro”, se lee en el comunicado difundido en redes sociales.

Una venta “sui géneris”

Para la nueva Liga de Expansión MX, que sustituye a la extinta Liga de Ascenso, el Atlante regresará a la Ciudad de México, donde jugará en el estadio Azul, propiedad de la familia Cosío.

“En la parte operativa son dos proyectos independientes: Atlante tiene una directiva y Gallos otra. Emilio no interviene en la parte del Querétaro, y Manuel y yo no intervenimos en la administración del Atlante”,­ ataja Solares.

–Con el dinero, ¿Escalante le entra a Gallos Blancos o sólo al Atlante? –se le pregunta a Gabriel Solares.

–No es como que le entre. Sobre el dinero, los pagos que se tenían que hacer en este momento para la adquisición de los Gallos ya se hicieron antes y Emilio fue a ellos. El resto de los recursos que se utilizan (para operar el equipo) son flujos que se generan dentro del mismo equipo, entonces ni Emilio ni nadie (le entra).

“La realidad es que la operación de Gallos será con los ingresos por patrocinios, por licencias, por derechos de televisión. Hoy, en la parte de la compra del equipo, para el pago que estuvimos obligados a hacer en junio fuimos todos los accionistas en las proporciones en las que acordamos.”

–¿En cuántos pagos se hará la compra?

–Es una fórmula bastante elaborada. No hay un número fijo de pagos. Es una compra a más de un año. Dependiendo de ciertas situaciones (se define) el número de pagos que se tienen que realizar. No puedo entrar más a detalle por el propio convenio de confidencialidad; es delicado, pero es una enajenación a plazos, en un largo plazo.

–¿Acordaron una prórroga en caso de que no puedan pagar en el tiempo estipulado?

–No quedó establecida una prórroga. Llegado el momento se tendría que platicar, pero la intención es que todo quede como está en el contrato.

–¿Tuvieron algún problema en la Liga MX por el tema del dinero para llevar a cabo la compra de Gallos Blancos?

–Los socios ya estábamos avalados desde que entramos en el Atlante hace años. Ese aval ya lo teníamos. Gallos es un proyecto sólido que viene desde 2013 y que en estos años ha tenido crecimiento. No ha sido una plaza problemática. En Gallos, como dije, está Manuel conmigo. Emilio y el señor Jorge (Santillana) operan al Atlante; Greg Taylor es un asesor que no operará ninguno de los equipos.

De acuerdo con el valor de mercado, la venta de los Gallos Blancos de Querétaro se cerró en alrededor de 25 millones de dólares (500 millones de pesos). Llamó la atención que la familia Hank (Grupo Caliente, también propietario de Xolos de Tijuana y de Dorados de Sinaloa) haya vendido el equipo apenas seis meses después de haberlo comprado a Grupo Imagen de Olegario Vázquez Raña y de su hijo Olegario Vázquez Aldir.

A principios de diciembre pasado la asamblea de dueños aprobó que, cinco años después de haberlo adquirido, Grupo Imagen vendiera Gallos Blancos. La operación se hizo a través un crédito con Banco Multiva. Parte del acuerdo de la compraventa de los Hank con el nuevo grupo de dueños implica también finiquitar el adeudo que existe con Grupo Imagen.

Como la venta se realizó en diciembre pasado, no pudo hacerse la sustitución del certificado de afiliación de la empresa Gallos Blancos, SA de CV (de Grupo Imagen) a la de Grupo Caliente.

Por eso, a pesar de que la Liga MX anunció a Gabriel Solares como el nuevo titular del certificado de afiliación y días después mediante un comunicado informó que el poseedor del mismo es la empresa Solaz Entretenimientos S de RL de CV, se generó incertidumbre sobre quiénes son los dueños del equipo.

Lo que en realidad ocurrió es que la Liga MX apenas “oficializó” la venta de Grupo Imagen a Grupo Caliente –lo cual no está fuera de reglamento– y, como explica Solares, Gallos Blancos seguirá apareciendo ante la Federación Mexicana de Futbol como el titular del certificado de afiliación en tanto ellos no terminen de pagar el equipo.

Aunque operen de forma independiente Gallos Blancos de Querétaro y el Atlante, los dueños de estos equipos tienen enfrente un reto económico que se vuelve más complicado por el impacto financiero que ha dejado la pandemia del covid-19 a nivel mundial.

Un acuerdo satisfactorio

En México, operar un equipo de Primera División cuesta en promedio 600 millones de pesos anuales. En la Liga de Expansión MX, el gasto oscila entre 60 y 80 millones de pesos, cifra que puede incrementarse si el club pretende pelear por ser campeón.

–Ya tenían al Atlante y ahora con Gallos tendrán equipo en Primera División, ¿cómo pinta el panorama? –se le pregunta a Solares.

–Sumamente complicado. Estamos en medio de la pandemia. Tenemos que ser muy responsables en la parte económica.

–¿Por qué decidieron justo ahora arriesgarse a tener dos equipos?

–Las condiciones que se pactaron en el contrato tienen muchas características especiales. La realidad es que en el contrato y en la operación se reconoció por parte del vendedor la difícil situación que atraviesa la economía mundial y eso lo hizo una oportunidad muy grande.

–¿Compraron en ganga? ¿Les hicieron descuento?

–No, nunca se compra en ganga. Se compró en condiciones favorables, en las cuales tanto el vendedor como nosotros salimos satisfechos. Fue precio de mercado con condiciones muy favorables.

–¿Han reflexionado acerca de que tener dos equipos podría ser un problema que los pondría a sufrir por dinero?

–Todo mundo va a estar sufriendo por dinero. No hay nadie a nivel mundial que no esté así, incluso el Real Madrid y el Barcelona van a estar en una situación complicada. Creemos que contamos con un proyecto sólido que tiene cómo generar recursos y cómo hacer frente a sus obligaciones. Sí nos hemos sentado a analizar, lo hicimos antes de entrar en una situación así en medio de una pandemia. Tomamos la decisión de ir para adelante porque creemos que Querétaro es una plaza para ser exitosos.

“Entonces, hay accionistas comunes en dos equipos, pero no vamos a manejar dos equipos. El Atlante tiene una administración independiente de la cual yo no te podría dar detalles porque no los conozco.”

–¿Gallos Blancos será sólido financieramente para el torneo que inicia?

–Tenemos los convenios de televisión para México y Estados Unidos que están vigentes por 12 y 18 meses más. Los patrocinios ahí están porque en el futbol se ven con mucho tiempo de anticipación. De las camisetas tenemos convenios celebrados desde hace ya tiempo. Hemos estado cerca de ellos (de los patrocinadores) y han refrendado en su mayoría. Estamos tranquilos por ese lado. Será complicado porque no vamos a tener aficionados en las tribunas, ni taquilla ni esquilmos; en el merchandising, no vamos a tener las mismas ventas por lo golpeadas que están las familias. Tenemos la responsabilidad de darle alegría a la gente.

La plantilla de Gallos Blancos prácticamente tuvo que armarse de cero. La compra del equipo no incluyó a 10 de los más talentosos jugadores que los Hank se llevaron a los Xolos de Tijuana: Jaime Gómez, Jorge Aguilar, Fabián Castillo, Betsiel Hernández, Benny Díaz, Clifford Aboagye, Jordi Cortizo, Marcel Ruiz, Gerson Vázquez, Paolo Yrízar y Ariel Nahuelpán.

Por suplir las ausencias, el Atlante también fue desmantelado: Erik Vera, Javier Ibarra, Omar Islas, Alfonso Luna, Eduardo Bravo, Francisco da Costa, Sebastián Sosa, Martín Rea, Kevin Ramírez, Nicolás Albarracín, Israel Rivera e Irving Zurita ahora son jugadores de Gallos Blancos. También llegaron como refuerzos los uruguayos Gonzalo Montes y Hugo Silveira, así como el ecuatoriano Jonathan Betancourt.

“Trabajamos a marchas forzadas, trajimos a gente de nuestra confianza. Así como Tijuana se llevó a sus jugadores de confianza, nosotros estamos trayendo gente que estuvo en Atlante o de otros proyectos que creemos que van a respaldarnos. Tuvimos que rearmar el equipo. Se negociaron contratos desde cero en las condiciones en las que actualmente está el mercado”, asegura Gabriel Solares.

Incógnitas

Ante la desbandada, que también incluye al director técnico Álex Diego, el Atlante jugará en la Liga de Expansión MX con elementos extraídos de la Liga Premier (Segunda División) y de la categoría Sub 20, declaró el entrenador Mario García al portal Medio Tiempo.

“Será un equipo nuevo porque esta coyuntura que se dio con el tema de Querétaro obligó a esto; empezaremos de cero y lo bonito de este reto es que a los muchachos que integren el equipo les podemos enseñar esa responsabilidad que significa defender los colores de un equipo como el Atlante”, dijo García en entrevista.

Con los futbolistas que emigraron del Atlante al Querétaro, los Potros de Hierro terminaron en el lugar ocho de 12 en el Torneo Clausura 2020, donde sólo se jugaron ocho jornadas y luego fue cancelado por la contingencia sanitaria.

En tanto, el Querétaro, en el Clausura 2020 de la Liga MX, que también fue interrumpido por la pandemia, ocupó la posición 12 con 14 puntos. En la tabla de cocientes está en el lugar 14, encima de Chivas, Bravos de Juárez, Atlético San Luis y Atlas.

No hay que olvidar que para el Torneo Guardianes 2020 habrá 33 partidos que tendrán valor doble en el cociente, por los que no pudieron jugarse en el cancelado Clausura 2020 a falta de fechas por disputarse. Querétaro tendrá dos duelos clave: en la jornada 1 ante Pumas y en la 11 contra Tigres.

Aunque el descenso quedó abolido, cabe recordar que a partir del próximo año los equipos que ocupen los tres últimos lugares de la tabla de cocientes deberán pagar multas de 50 millones de pesos, 70 millones y 120 millones para completar los 240 millones de pesos que la Liga MX le inyectará a 12 de los 16 equipos que integran la Liga de Expansión MX.

Reportaje publicado el 23 de julio en la edición 2282 de la revista Proceso.

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