• Según diversos historiadores, fueron 11 naves las que Cortés trajo a la actual costa mexicana, y 10 las que deshabilitó, porque envió una directamente a España para dar noticias de su situación y planes. Los arqueólogos no descartan que las aguas veracruzanas resguarden también barcos de la expedición de Pánfilo de Narváez, a quien el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, había enviado para capturar a Cortés.
Veracruz, Ver, 4 de agosto 2018:- (apro).- Un área de 10 kilómetros cuadrados en el litoral de la antigua Villa Rica de la Vera Cruz, definida como de “alto potencial” por especialistas, está siendo intervenida en la búsqueda de los navíos hundidos por Hernán Cortés en aguas mexicanas; de encontrarlos, se romperían los mitos que por décadas se conocen sobre el tema.
El proyecto denominado “Arqueología subacuática en la Villa Rica” inició a principios de este mes en el municipio veracruzano de Actopan, con una embarcación en profundidades que van de los dos a los 15 metros, en aras de localizar anomalías que indiquen la probable ubicación de objetos históricos.
La labor está a cargo de Roberto Junco Sánchez, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y los arqueólogos subacuáticos Frederick Hanselmann y Christopher Horrell, de la Universidad de Miami y el Buró de Seguridad y Cumplimiento Ambiental de Estados Unidos, respectivamente.
En el proyecto, los especialistas usan magnetómetro y un sonar de barrido lateral, entre otras tecnologías aportadas por la SAS a través de una beca de la National Geographic Society, así como el apoyo técnico de la empresa Marine Magnetics y de otros especialistas estadunidenses.
“La función del magnetómetro es detectar variaciones en el campo magnético de la Tierra desde la zona que prospectamos. La intensidad y distribución de dichas variaciones nos permiten crear un mapa y definir sitios de alto potencial para luego bucear y excavar en ellos”, informó el INAH.
Tanto Junco Sánchez como sus colegas, entre los cuales también se encuentran Ilya Inov y Melanie Damour, coinciden en que algunos de los artefactos metálicos que pudieron haberse preservado bajo el agua, y que funcionarían como indicadores de “un derrelicto mayor”, son clavos, sujetadores, anclas y otros materiales hechos con hierro, además de jarcias y bultos de lastre.
De acuerdo con Junco Sánchez: “Sabemos por documentos, como las Cartas de Relación, y otras fuentes como las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, que Cortés no quemó sus naves. Eso es un mito construido a partir de referencias de la antigua Grecia, sino que extrajo de ellas todo lo que le sería útil, y luego perforó sus cascos para hundirlas y eliminar la posibilidad de que una parte de sus tropas se amotinara y volviera a Cuba”.
Según diversos historiadores, fueron 11 naves las que Cortés trajo a la actual costa mexicana, y 10 las que deshabilitó, porque envió una directamente a España para dar noticias de su situación y planes. Los arqueólogos no descartan que las aguas veracruzanas resguarden también barcos de la expedición de Pánfilo de Narváez, a quien el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, había enviado para capturar a Cortés. (Foto: INAH).