QUINO, EL “OBRERO” GENIAL Y CONTESTATARIO DEL DIBUJO| VIDEOCARICATURA

  • La primera edición española de Mafalda fue calificada “para adultos”

¨¡No te vayas, prometo tomarme la sopa!, así despide Mafalda a Quino 

  • El célebre humorista gráfico argentino Quino, creador de Mafalda, la niña inteligente y curiosa que trascendió fronteras, murió a los 88 años; Joaquín Salvador Lavado sufrió un accidente cerebrovascular en los últimos días y, a pesar de que los médicos lograron estabilizarlo, su estado se complicó y murió en Mendoza, la provincia donde nació.

Redacción/PDC

MADRID.- Ni siquiera él sabe bien cuándo nació (un 17 de agosto o 17 de julio de 1932), ni dónde (teóricamente en Mendoza, Argentina, aunque él declaró en 2013 que nació en Fuengirola antes de que sus padres españoles emigrarán a Argentina en la Guerra Civil), pero el fallecimiento de Quino ha recordado su genialidad, asociada siempre a Mafalda, el personaje que le ha otorgado fama universal.

Pese a la fama que han adquirido sus personajes -y a la vigencia de las críticas lanzadas en sus tiras cómicas- él nunca se consideró “otra cosa que un obrero del dibujo”. Desde que nació se le llamó Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y dibujante publicitario con quien a los 3 años descubre su vocación.

Su experiencia en el colegio se identifica con las dificultades de su personaje Felipe: “Me angustiaba tanto que en los primeros tres meses tenía malas notas, pero después terminaba el año con notas altas, aunque nunca era el primer alumno y eso me daba bronca”. A los 18 años se traslada a Buenos Aires para editar sus dibujos, pero pasarán tres años de dificultades económicas antes de cumplir su sueño. En 1954 publica su primera viñeta, “pasé el momento más feliz de mi vida”, recordaba.

La niña a la que no le gustaba la sopa

Mafalda es el personaje más famoso de Quino, que desarrolló sus tiras desde 1964 a 1973. Contándonos las reflexiones de una niña preocupada por la Humanidad y la paz mundial que se rebela contra el mundo que le dejan sus mayores. Un éxito internacional que ha sido traducido a más de treinta idiomas. Entre ellos España donde, en su primera publicación la censura la calificó como “Para adultos”.

Mafalda fue un éxito tan inmediato que la primera recopilación de la tira en un álbum, en 1966, la edición se agotó en dos días. Sin embargo, en 1973 en pleno éxito, Quino decidió poner fin a las andanzas de Mafalda, según confiesa “porque se me agotaron las ideas”. Entonces se trasladó a Milán donde comenzó a publicar páginas de humor.

Desde que dejó Mafalda, hace casi 40 años no ha vuelto a tener un personaje fijo en sus chistes. Pero el éxito de Mafalda no se debe sólo a sus agudas observaciones. También a un reparto de secundarios de lujo con los que Quino retrató y parodió a la sociedad argentina y a todas las sociedades en general.

Ahí tenemos a sus abnegados padres, que siempre se quedan sin palabras ante las agudas observaciones de “su niñita”: ni siquiera Freud podría haberse enfrentado a Mafalda. Y también a sus amigos: Felipe (el soñador tímido y enamoradizo que quiere arreglar el mundo como su ídolo, el Llanero Solitario); Manolito (una caricatura del inmigrante gallego que representa las ideas capitalistas y conservadoras); Susanita (parlanchina, altiva y chismosa. Su único interés es crecer y convertirse en madre. Para ella el futuro perfecto del verbo amar es “hijitos”). También tenemos a Miguelito (Enérgico, contundente y más filósofo que la propia Mafalda); a Guille (el hermano pequeño de Mafalda y el único que crece a lo largo de la tiram es muy travieso y le gusta Brigitte Bardot); y finalmente a Libertad (casi una metáfora: es la única del grupo más radical que Mafalda y su padre es socialista).Y no podemos olvidar a Burocracia, la tortuga mascota de Mafalda y Guille, llamada así por la lentitud que tiene para todo.

Humorista ácido y negro

Desde que dejó de dibujar a Mafalda, Quino se entregó a un humor más ácido y negro, destinado en mayor medida a un público adulto y que ha ido recopilando en su colección de libros de humor. Entre los más recientes se encuentran ¡Qué presente impresentable! (2005), La aventura de comer (2007) y ¿Quién anda ahí? (2013). Este último es una reflexión sobre los miedos actuales, a través de sus últimas publicaciones en medios, además de algunos inéditos y algunos de sus escasos dibujos en color. Durante sus últimos años en activo, Quino publicó principalmente en el diario Clarín.

Sólo dibujó de nuevo a Mafalda para campañas a petición de organizaciones como UNICEF o el Gobierno argentino. Así lo hizo tras el fallido golpe de Estado de 1987 contra el presidente Raúl Alfonsín –Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1985–, cuando dibujó a Mafalda diciendo: “¡Sí a la democracia! ¡Sí a la justicia! ¡Sí a la libertad! ¡Sí a la vida!”

En 1993 se adaptaron las tiras de Mafalda a dibujos animados y el personaje ha estado presente en certámenes y festivales de cómic y humor de numerosos países.

En 2014, con motivo del 50.º aniversario de Mafalda, el Festival Internacional de la Historieta de Angoulême (Francia) rindió homenaje a Quino y recreó en la exposición Mafalda, una niña de 50 años el entorno del personaje y de sus compañeros a tamaño natural. Otra muestra conmemorativa homónima se expondrá a lo largo de todo el año en salas de varios países, incluyendo la sede de la UNESCO en París, para la conmemoración del Día Mundial del Libro.

Ciudadano Ilustre de Mendoza y Buenos Aires y catedrático honorífico de Humor Gráfico de la Universidad de Alcalá de Henares, Quino ha recibido numerosos premios. Entre ellos, se encuentran el de Humorista Gráfico del Año del Salón Internacional de Montreal (1982), dos Konex de Platino de Artes Visuales-Humor Gráfico (1982 y 1992) y el Konex Especial (2012), el Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos (2000) y el Romics de Oro (Roma, 2011).

Con información de Aristegui Noticias.

 

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